jueves, 21 de octubre de 2010

BANFF NATIONAL PARK

Mi primer día en el Banff National Park amaneció despejado así que me preparé para un largo día de monte. Antes de salir me encontré de nuevo con los dos donostiarras de Jasper, que se marchaban ya, y con la pareja de Andorra con la que coincidí en Port Hardy, que venía desde Prince Rupert. Coincidimos todos en el mismo albergue, el HI Lake Louise, francamente bueno aunque también caro pues por muy bien que esté no deja de ser un albergue. Imagino que será el precio de la fama. Después de ponernos al día de  juestras recientes andanzas nos volvimos a despedir (creo que con la total seguridad de que nos volveríamos a encontrar), pues para ese día teníamos planes diferentes. Los míos pasaban por conocer los dos principales lagos de la zona que son los que dan fama al parque, el Moraine y el Louise, y hacer alguna ruta de trekking de día completo en cualquiera de los dos.

El lago Moraine será uno de los lagos mas bonitos de todas las Rocosas canadienses y posiblemente el rincón de las mismas mas fotografiado. También es por eso uno de los mas visitados. Cuando llegué a primera hora de la mañana pude aparcar en el parking que hay junto al lago. Cuando me fui, un par de horas después, estaban dejando los coches en el arcen a mas de dos kilómetros de allí. Conclusión, hay que ir mas bien temprano. 


La mejor vista del lago es desde unos miradores que hay justo al principio, después de recorrer un corto sendero durante menos de diez minutos. En las dos horas que estuve allí esperando a que el sol diese de lleno en la superficie del lago apenas subió nadie. Todo el mundo se iba directamente a recorrer alguna de las rutas largas que se pueden hacer en la zona o simplemente a andar por la orilla del lago. Bueno, también hubo varios valientes que se animaron a alquilar una piragua. Visto el viento que soplaba, en contra, y su pericia remando, escasa, todavía no me explico cómo no naufragaron. Afortunadamente para ellos porque el agua estaba helada y de eso no te salva ni el mejor chaleco salvavidas.

Llegué a Lake Louise a mediodía. Apenas veinte kilómetros separan un lago del otro. Si en el Moraine había gente, Lake Louise parecía el Corte Inglés el primer día de rebajas. Sin embargo eso no le quita al lugar ni gota de encanto, si acaso algo de tranquilidad o de intimidad, pero nada mas, por lo que sigo pensando que es obligatorio incluirlo en cualquier itinerario por la zona. La orilla mas próxima a la carretera de acceso estaba llena de gente, así que era imposible hacer una foto sin que entrasen en ella media docena de personas (como mínimo). Para conseguir un poco de tranquilidad había que caminar un rato e irse hacia el extremo opuesto. Como mi travesía para ese día empezaba ahí eso fue lo que hice.

Ya he comentado unos párrafos antes que para ese día tenía la intención de hacer una ruta larga, de las que te ocupan prácticamente todo el día. Las opciones eran o bien optar por una de las dos que había en la zona del Moraine o bien una que hay en la zona del Louise, opción esta última que fue finalmente la elegida. El motivo fue básicamente que en el centro de visitantes me avisaron de que para recorrer las del Moraine hacia falta un mínimo de cuatro personas juntas, dado que en esa época los osos merodeaban por la zona. Yo no quise esperar a juntarme con otros tres desconocidos para poder hacer alguna de esas rutas, y menos sin saber a que ritmo caminan, así que me decidí por hacer la ruta llamada “Plain of six glaciers”, en Lake Louise. Con ello, además, podría ver los dos lagos en un día y, hacer una excursión bien maja por la zona. De todas formas y por lo que se refiere a los osos he de decir que personalmente los considero bastante menos inquietantes que a los turistas, sobre todo si éstos van armados con peligrosos sprays de pimienta con los que, en un momento dado, estoy seguro de que alcanzarían a todo bicho viviente excepto al oso.

La ruta, de unos diecisiete kilómetros en total si la hacemos completa, es mas bien durilla no tanto por el desnivel que hay que salvar como por el hecho de que los repechos son bastante empinados. Al final acabas llegando a un punto desde el que se domina todo el valle y se ven todos los glaciares que hay, en franco retroceso por cierto. El último tramo daba algo de vértigo porque caminaba sobre una cresta y hacía bastante viento. Pero la vista justificaba el esfuerzo y el mal rato. Como ya he dicho hice la ruta al completo, es decir, la uní a la que lleva al lake Agnes lo que trajo consigo el momento afortunado del día cuando se cruzó en mi camino un “wolverine” o glotón, animal mas parecido a la comadreja que al lobezno que imaginamos de las películas de los X Men, francamente difícil de ver y en serio peligro de extinción en algunos de los lugares donde todavía existe. Digno final para un bastante agotador pero gran día. Al día siguiente volvería a cruzar al otro lado de las Rocosas rumbo a los cercanos, y muchísimo menos concurridos, Parques Nacionales Yoho y Kootenay, pero ese es ya otro capítulo…

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